Si existe algún motivo para sospechar que existe un
cáncer de la piel, el médico empleará uno o más métodos para determinar si la
enfermedad se encuentra realmente presente. El médico observará el tamaño, la
forma, el color y la textura del área en cuestión, y si ésta sangra o se
descama.
Se examinará el resto del cuerpo para ver si tiene
manchas o lunares que puedan estar relacionados con el cáncer de la piel. Es
posible que sea necesario hacer otras preguntas u otros exámenes, dependiendo
de su estado de salud, en particular.
Si el médico piensa que un área pudiera presentar un
cáncer de la piel no melanoma, éste tomará una muestra de piel del área
sospechosa para examinarla con un microscopio. Esto se llama una biopsia de
piel. Para hacer esta prueba pueden utilizarse diferentes métodos. El método
elegido depende del tipo de cáncer de la piel no melanoma, de la localización
del mismo en el cuerpo y del tamaño del área afectada.
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